Siento un dolor, un profundo e intenso dolor que no logro quitarmelo. Parece como si me estuvieran arrancando un pedacito de mi cuerpo. No logro ver la salida de este túnel. Lo veo todo demasiado negro y oscuro. Intento ver si hay alguna claridad dentro de él, pero no lo logro.
Me despierto. Era una pesadilla. Doy media vuelta a mi cama y palpo con mis pulgares la parte opuesta de mi almohada y la deslizo hacia abajo. Gran vacío. Ese gran vacío era el que me producía el intenso dolor. En ese momento quise morirme. Si él estuviera conmigo en mi cama, no habría existido nunca el dolor, ni el vacío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario